Boysetsfire es una de esas bandas de clase trabajadora que se ha ganado a cada uno de sus seguidores con el modus operandi tradicional: meterse en una furgoneta, girar y tocar cada noche. Empezaron su andadura en un momento dulce para la escena del Hardcore, la década de los noventa. Dos décadas después siguen aquí, con nuevo disco y aún algo que decir.

Foto: Oskar Annermarken
A día de hoy, cuando el formato físico de la música agoniza y las ventas de discos caen en picado, puede llamar la atención que muchos artistas se hayan visto obligados a tocar más conciertos a falta de otros ingresos. Los grupos que no cuentan con el apoyo de grandes discográficas o emisoras de radio multitudinarias, lo han hecho desde siempre y siguen adelante, publicando sus trabajos y presentándolos en directo. No vivir bajos los dictados de una industria tan envenenada como la musical es, indudablemente, un posicionamiento ético. Una constante que siempre ha definido la personalidad del grupo de Delaware es su orientación abiertamente política. En Europa, el movimiento Hardcore siempre ha estado muy ligado a movimientos de lucha social, antibelicistas o anticapitalistas, pero por paradójico que pueda parecer, esto no es tan común en el país de la Coca Cola.
Después de un hiato en su actividad musical, han regresado con un nuevo batería, Dan Pelic, y un ex miembro del grupo que vuelve al bajo, Robert Ehrenbrand. En 2010, anunciaron el primer concierto de reunión en Alemania, y el pasado junio de 2013, tras siete años de silencio discográfico, la banda ha vuelto a regalarnos su genuina mezcla de Post-Hardcore con tintes Old School y Punk melódico, en formato de larga duración: While a Nation Sleeps. » Read more